27 de marzo de 2011

Intitulado: nº 8

Ella miró la pared.
Las dos nos sabíamos.
Yo miré al piso.
El silencio de una casa vacía, muerta.
¿O era nuestro silencio?
La muerte nuestra.
Los libros, las hojas, todo se diluía en el "¿para qué?"
De a poco juntamos las manos y unimos fuerzas, para poder ver con mis ojos la casa vacía, muerta.

24 de marzo de 2011

Intitulado: nº 7

Me desperté por la urgencia de ir al baño, si no probablemente me hubiera quedado en cama.
Cuando volví me di cuenta de que toda la noche me hizo frío, la ventana estaba abierta para que entre el aire renovado por la lluvia.
En feriados y en domingos no hay nada mejor que leer en la cama: estirando y recogiendo las piernas, tapando y destapándose, girando sobre una misma, pero siempre intentando mantener los ojos fijos en el libro.
Pero Sting supo venir en forma de cántico espectral en medio del silencio: every breath you take, every move you make...
Me levanté, miré por la ventana, pero no supe distinguir de dónde venía.
Oh can't you see you belong to me?...
Volví a recostarme. 
Since you've gone, I've been lost without a trace...
Me resigné a escucharla desde lejos, murmurada.
I dream at night, I can only see your face... 
Así fue apagándose, tan como vino.
Silencio.
Soriano y su sombra* ya no pudieron retenerme.

*Hablando del libro de O. Soriano: "Una sombra ya pronto serás".

21 de marzo de 2011

Existencia desparramada

Se le cerraban los ojos pero no quería admitirlo.
Pensaba en la almohada.
En las sábanas limpias.
Frotarse los pies bajo las sábanas.
Agarrar el libro y hojearlo hasta que las letras se tornen borrosas.
Los mares de letras.
El ruido del libro contra el piso.
La cascada de miel, mariposas charlatanas , flores de plastilina.
Corrió.
Abrió la puerta.
Se desvistió.
Las sábanas.
La almohada.
La sopa de letras.
La existencia desparramada.

18 de marzo de 2011

Feliz no cumpleaños

- ¡Sole, FELIZ CUM...!
- Shh... Que yo no tengo edad.
- Pero...
- Es más, diría que no nací.
- ¡¿Cómo que...?!
- ¡Shh!

15 de marzo de 2011

Lo removible

Y me saco los anteojos sucios.
También me suelto el pelo, todo apretujado por la traba manchada de recuerdos.
Las sandalias, incómodamente puestas por obligación desde la mañana.
La camisola, arrugada por la vida.
El sueño ya me lo saqué cuando corrí con el perro por las veredas solitarias de un martes nocturno.
Pero lo que verdaderamente ansío por sacarme es la Soledad. (Quizás un rato, de vez en cuando).

13 de marzo de 2011

Three Little Birds

Sostuvo el vaso en equilibrio.
Lo miró fijamente por mucho tiempo, contemplando la fragilidad.
Tres dedos lo aferraban. A veces, soltaba uno y sentía cómo el líquido se movía.
Estaba sentado en el piso, con una pierna recogida. Apoyado en la rodilla, sosteniendo el vaso, estaba extendido un brazo.
- Rodolfo, ¿Me escuchaste? Te digo que me voy.
Don't worry about a thing...
- Apagá la música.
'Cause every little thing it's gonna be all right...
- Rodolfo, me voy.
Singing: don't worry about a thing...
- ¡Apagá la música!

Eugenia salió decidida y cerró con un portazo.
Sayin': This is a message to you ou ou... Don't worry about a thing, 'cause every little thing it's gonna be all right.

11 de marzo de 2011

Pagando deudas

Me quedé debiendo algo.
Él me debe mucho más, sus faltas se hicieron más presentes en el momento en que acaricié su cabeza.
Si tan sólo hubiera podido dejar de hacerlo.
Quizás sería una proyección. Pero, sin faltar a la realidad, es porque tenía muy suave el pelo.

Seguramente no era lo que tenías pensado, pero también es seguro que voy a seguir escribiendo sobre vos con mayor detalle.

9 de marzo de 2011

De vuelta de todo

Volví.
Trato de acordarme.
Todo tan irreal.
Empecé y terminé un libro.
Caminé descalza por las veredas.
La mujer vestida de payaso que me sonreía (aunque me resultó aún más extraño que entrara al edificio de la Alianza Francesa).
Quizás hubiera disfrutado más la soledad del campo; la soledad citadina siempre es más melancólica e impura.
Sabía que todo iba a estar igual, tal y como lo dejé.
Algunos se enteraron de que me fui, que estuve y que volví.
Algunos me despidieron, algunos me vieron, nadie me esperó.
Entonces supe que tenía que remover todo: morral, ropa, zapatillas, recuerdos, emociones.
Todo para curarme del resfrío y de las desilusiones.

3 de marzo de 2011

No cualquier Fender, no cualquier músico.

Hoy tomé un rumbo distinto, volviendo a casa del taller.
Quizás si no hubiera vuelto por ahí no podría haberme tentado con los teclados de la casa de música, o mirando un saxo, acordarme que después de poco más de seis meses no logré escuchar, al ahora extranjero, tocar uno. Aún así, lo más interesante de haberme  detenido fue ver a este pequeño prodigio.
Tenía aproximadamente 5 años, sentado en la banqueta frente a la vidriera,( por la cual yo me asomaba, emergiendo de entre las guitarras en exposición), aferraba la imitación de  Squier (Fender, la imagen habla por si sola) como si fuera suya, como si la conociera de principio a fin. Se posicionaba en la banqueta, hacía punteos, y dejaba que el padre preguntara por la correa.
Acomodaba la guitarrita sobre sus piernas, sopesándola. Roja y brillante, parecía hecha a su medida. 
Lamenté no poder escucharlo tocar.

1 de marzo de 2011

Ésa, la que estuvo caminando a mi lado

No era más que una ínfima mancha amarilla a su lado.
Ella fumaba.
Yo me miraba los pies y me retorcía el pantalón de bambula.
Cruzamos la calle.
Ella charlaba con otros. Mientras se reía, me tiraba la ceniza de su cigarrillo, sin darse cuenta o realmente sin importarle.
Era mediodía, yo recién despierta, la miraba.
Sus tacos, sus aires... sin dudas un tipo de porte que yo nunca podría tener.
Caminé más rápido, aferré la bandolera como para tomar impulso, y me acomodé los anteojos.
En medio del tumulto me sentí más a salvo.
Entonces, finalmente, me dejé despabilar por Eric Clapton que me contaba sobre Layla.