29 de enero de 2012

Gotitas de lluvia

Las dos caminando de la mano.
Ella en su inocencia infantil, paraguas en mano, botas de goma e impermeable rosa.
- Hice un trabajo con unas tapitas, plastilina, tempera... y otras cosas. Ése es el que más me gusta.
Yo sonreía, asintiendo, mientras entrabamos a la exposición.
Ella saltaba de estación en estación.
- ¡Qué bueno que volviste!
Yo la abrazaba de vez en cuando, escuchando mientras me contaba sobre cada obra.
La lluvia había parado cuando salimos.
- ¡Esperá! ¡Tengo que abrir el paraguas!
- No llueve más, corazón.
Miró, incrédula a su alrededor, viendo que muchas personas tenían abierto su paraguas.
Extendió la mano.
- ¿Y por qué las personas tienen abiertos los paraguas?
- Porque no saben que la lluvia paró.
Me tomó de la mano y comenzamos a caminar de vuelta a casa.
- Deciles que ya paró.
- ¿Para qué?
- ¡Para que cierren los paraguas!
- ¿Por qué no les decís vos?
Gritando desde sus escasos centímetros, comenzó a advertirles a los alienados peatones sobre su error.
"Señor, no llueve"; "Ya no llueve, cierre el paraguas".
- ¡No me escuchan!
- No van a escucharte, cielo.
- ¿Son todos sordos?
- No, pero están pensando en otras cosas, por eso no se dan cuenta de que ya no llueve.
Continuamos calladas el resto de la cuadra, para pararnos en la esquina esperando el semáforo.
A su lado, una chica con un paraguas abierto.
La miró de reojo unos segundos.
Pellizcó su codo.
La mirada sorprendida apuntó hacia abajo.
- Ya no llueve.
La chica sonrió y extendió la mano.
- Tenés razón. Mejor cierro el paraguas ¿no?
- Sí.
- Muchas gracias.
Las tres miramos al frente, después de habernos sonreído con complicidad, la chica y yo.
Cruzamos la calle, dejando atrás los paraguas.

7 de enero de 2012

Las reminiscencias

Los cañaverales y las cigarras.
Los cantares de los jilgueros.
Los cueros curtidos y la gula del sol.
Los perros flacos.
Los barrancos de las arrugas y las manos ajadas.
Los moscardones tornasol.
Los pastizales amarillos y las sendas.
Los ojos renegridos.
Los pelos voluptuosos y las sonrisas escondidas.