1 de abril de 2011

Al desnudo

No podía prestar atención, si mi camisa no me pertenecía.
La miré muy detenidamente, observando cada centímetro de mis brazos, mi pecho, mi panza, cubiertos en su totalidad por la intrusa.
Los bolsillos, los botones, las hilachas, nada podía ser mío.
No influyó que la camisa fuera nueva. Era otra. Yo era otra en ella.
Algunos me miraron de reojo, buscando alguna explicación para el súbito interés en mi anatomía.
Pero ellos no sabían que yo ya estaba desnuda, que nunca me había vestido, que nunca había usado una camisa.
Entonces, cuando caí en cuenta de cuán desnuda estaba, fue que me sonrojé y tuve que desviar la mirada.

6 comentarios :

  1. El mundo está lleno de vouyers preparados para juzgar a quien más quieren espiar.

    Ahora bien, una mujer en camisa de hombre (más que nada si la camisa y la mujer ''pertecen'' al mismo hombre), es una de las imágenes más poderosas del erotismo. Y sigo sin saber por qué...

    Saludos

    J.

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  2. José: sin duda alguna, pero esta no era camisa de hombre, con esas no tengo problema de pertenencia. ésta vendría a ser mía.

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  3. Interesante...
    Me copa tu estilo de ropa^^

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  4. sofi sanchez mabril 05, 2011

    te juro que escribis bastante raro... jaja este es la unica de tus historias que me quedo con la pregunta : que me quiso decir? jajaj

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  5. Entonces no entendí nada... Siempre me pasa...

    Suerte

    J.

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  6. ¿y a mí? ¿qué me quisiste decir?
    me sumo al desconcierto de los comentarios.

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