24 de diciembre de 2010

Un río revuelto

A orillas de un río revuelto te encontré al otro lado, mirando el agua con atención, esperando a que una catástrofe sucediera.
Los árboles bailaban a tus espaldas y la naturaleza parecía fundirse en tus ojos verdes.
Tus manos sin vida, colgaban a los costados, castigadas por la cotidianeidad.
Entonces levantaste la vista.
Nos unimos en una mirada, en un solo fluir de sensaciones, el río mediante, turbado como nuestros corazones, nos sirvió de testigo para un amor sin límites, cada uno estancado lejos del otro.
¿Nos animábamos?
Tus brazos, con vitalidad inventada, se levantaron para intentar mezclarnos en un abrazo intenso.
Me estiré para llegar, para acompañarte en tu soledad, pero el río estaba revuelto.
¿Quién cruzaría?
Nos esperamos mutuamente, con las ansias carcomiendo lógicas.
No me contuve, tuve que sonreírte, tuve que gritarte cuánto te amaba.
No supiste si acompañarme en la euforia, pero me seguiste esperando, porque fue ahí cuando supiste que yo era quien iba a cruzar.

4 comentarios :

  1. TE ADORO SOLEDAD =)

    ResponderEliminar
  2. Jaja yo tmbn te adoro muchacho <3

    ResponderEliminar
  3. La indecisión es el clavo que ata al lado de la orilla, por otra parte el amor, el amor solo es la libertad para alcanzar el otro lado jeje.
    Un abrazo,
    Alejo

    ResponderEliminar
  4. Concuerdo a más no poder, sólo espero que ahora no me lleve la corriente.

    ResponderEliminar