15 de noviembre de 2010

Nuevo y viejo

Hoy voy a escribir algo que no es viejo, pero es de hace mucho tiempo, tengo sueño, sepan disculpar todos los errores semánticos y sintácticos.

Él es exceso,  es esos centímetros que colman el vaso.

Es excentricidad, es neurosismo, es incoherencia coherente.
Es un blanco muy brillante o un negro muy profundo.
En su locura, en su de más te envuelve, te arrastra, te colorea el mundo de colores contrastantes y extraños.
En su desamor se esconden sus verdaderas intenciones de amar.
Entre tanto ir y venir, felicidad triste y risa desconsolada, me perdí o más bien me perdió.
Se golpea contra paredes de concreto invisible.
Se escupe con saliva de monstruos desconocidos.
Se ama tanto como se odia, se repugna y se enamora.

Anda perdido fijando un rumbo, creyendo en un camino de baldosas sueltas.
Ama de formas intempestivas y dolorosas.
Me exaspera, me desespera, me llora y lloramos.
Me entera, me destruye con suavidad hasta dar golpes estructurales.
Me besa en medio de la indecisión, la mia y la suya, me esculpe con manos intensas, pero no podía ser de otra forma, él que es exceso, contradicción, tartamudeo, sordera temporánea, generosidad medidamente tacaña.
Me abraza, pero no sabe que ya me tiene, me alejo para volver, me acerco para huir, me enojo para ceder y resignarme.
Ordena sus ideas en escalones al revés y crea mundos patas para arriba.
Odia con poca frucuencia, pero con intensidad si tiene que hacerlo.
Ríe con amigos y enemigos, con bienestar y con depresiones.
Respetuoso en medidas alteradas, intrincado como es, nervioso como se pone, ansioso cuando quiere.

Pd: (Luego del "Él", saquen la primera letra en mayúscula de la oración, de la serie de oraciones que empiezan con la misma letra, después únanlos en palabras y átenlo al "Él.")

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