7 de noviembre de 2010

Despedida

Yo no podría dedicarme a buscar soluciones con tanto ahínco, pero las he buscado. Hoy por hoy las pequeñas soluciones que di a mis problemas en el pasado sirven para crear UNA sola masa de ideas, por ahora poco ordenadas, y que si me sincero, nunca va a terminar de ordenarse. Solamente cabe recalcar que hoy, en medio de este gran desorden, del cual sólo finalmente resaltan un par de lineamientos básicos, soy libre.
Presentar mis ideales, mis bosquejos, mis razonamientos no tiene sentido, porque la única persona que realmente que quiero que los conozca es a la que más daño puedo hacerle y a la que más profundo puedo penetrar con estos.
Envuelta en esta despedida, que significa más cercanía que otra cosa, deseo decir que encontré paz en el hecho de no tenerla, que encontré mi equilibrio entre tantas idas y venidas y que hoy, soy perfecta en la soledad que me rodea, porque ya no es (y no va a poder volver a ser) una soledad interior.
Así, sintiendo ese calorcito, esa cálida sensación de riqueza propia, siento que soy capaz de soltarme de todas aquellas amarras que podrían haberme enlazado en algún momento.
Hoy soy libre de las ataduras que yo misma me investí, y de aquellas que de una forma u otra me mantenían en las sombras.
Sin más, me despido principalmente de lo que yo solía ser, de toda aquella oscuridad que me oprimía y también de todo lo que logré construir a su alrededor.
Es el final de un capítulo, un final prometedor, y que si todo va correctamente, se va a ver muy comprometido, siendo así la forma de abrazar y defender lo que soy ahora, libre de impurezas y tan clara como nunca pude ser.


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