20 de mayo de 2011

Intitulado: nº 9

Faltando a la credulidad de mis palabras, voy a publicar un escrito que tengo guardado desde hace un tiempo:

Como si fuera de película, mi sobretodo, el cigarrillo.
Está frío, y es ahora cuando el asesinato sucede.
Envuelto en una música de Piazolla.
Yo paso cerca, el matón me persigue.
Me quiere silenciar.
Me alcanza.
Una piedra, me tropiezo, lo que me trae a la realidad, y me burlo de mi propia imaginación.
Mientras presiono con mis puños dentro de los bolsillos, escucho un ligero sollozo.
Giro mi cabeza hacia el sonido, sugestionado.
Esperé encontrarlos.
Uno suplicando por su vida y el otro relamiéndose, esperando el instante justo.
Volví a mi camino sonriéndome, aunque decepcionado y embelezado por el poder de un domingo lluvioso.
El disparo.
Esta vez no me atreví a girar la cabeza.
Sólo eché a correr, escuchando el ruido de los pasos en los charcos de agua, que seguían muy de cerca los míos.
Esta vez espero no tropezarme.

4 comentarios :

  1. es raro, pero leyéndolo aquí en el blog, me llegó más que cuando lo leí en papel.

    te quiero.

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  2. Por las dudas girà en otra calle, asì (si te es posible) no tropezàs con la misma piedra!!! (lo cual es lo más habitual)

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  3. Siempre que leo algo viejo mío, pienso: ''cuánta imaginación que tenía entonces...''


    Más allá de eso, la poesía policial es un género nuevo, poco circulado...

    Saludos

    J.

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  4. En momentos es útil burlar a la imaginación para burlarse de ella. Con todo y suerte, quizá se desaparezca la realidad que atormenta con seguirnos de cerca, casi que pisándonos los talones.
    Un abrazo Sole,

    Alejo

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