Y me saco los anteojos sucios.
También me suelto el pelo, todo apretujado por la traba manchada de recuerdos.
Las sandalias, incómodamente puestas por obligación desde la mañana.
La camisola, arrugada por la vida.
El sueño ya me lo saqué cuando corrí con el perro por las veredas solitarias de un martes nocturno.
Pero lo que verdaderamente ansío por sacarme es la Soledad. (Quizás un rato, de vez en cuando).
Siento que muchas cosas son propensas a ser removibles, más bien pienso que son "transformables". Pero los pequeños gestos de nuestra cotidianidad, no sé si nos definen, pero son parte inamovible de lo que somos. Entonces, a mi parecer, la cuestión es superar, no sacar, sino dejar ir lo que eligió alejarse.
ResponderEliminarUn abrazo Sole, a veces sólo necesitamos eso.
Guille
pero qué dulce!
ResponderEliminarGuille: No puedo menos que sentirme de acuerdo y darte la razón. Muchas gracias por el abrazo y el comentario. Los recibo con gusto. Otro abrazo para vos.
ResponderEliminarJared: en efecto. Un abrazo y gracias a vos también.
Hay sombras que solo con el medio día parecen sacudirse un rato... todo para volver un momento luego y acurrucarse junto a nosotros como un gato en busca de calor.
ResponderEliminarUn abrazo Sole, que no sé que tenés que siempre me dan ganas de comentar más de lo que tenía pensado jaja!
Alejo
Alejo: Qué fantástico, porque a mi siempre me gusta leer más de vos. Un abrazo grande y gracias.
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