30 de enero de 2011

Un quart de siècle

(Continuación de la primera parte)


"Tercera vez que llego tarde en la semana" Adriana no podía ocultar su malestar.
Entró al local con el impulso que venía acumulando con las cuadras.
- Adriana, llegás tarde de nuevo - el gerente del negocio la miró de reojo mientras escribía con fervor en un papel - Mirá...
Se detuvo, la miró de lleno: los ojos canela, el pelo suelto, la cara atribulada.

Dante, solo en su departamento, sintió cómo la soledad lo oprimía.
Levantó el tubo del teléfono y discó de memoria.
- Raúl, mandame lo de siempre.

- Nena... - Raúl la llamó mientras ella estaba por salir para hacer la entrega -... entiendo que mi primo te haya recomendado, que necesitás el laburo y que seas nueva y todo, pero es la última vez que llegás tarde.
Le entregó un papelito con la dirección, y la despachó.

Dante esperaba, otra vez.
"En vez de esperar en una pecera, ahora espero en una jaula". Sentado en el sillón del living, encendió la televisión.

"Mitre 439 1º B... ¿A quién se le ocurre, a las 9.30 de la mañana llamar a un delivery?"
Adriana, se arrimó a la entrada y tocó el timbre correspondiente.

- Ya bajo.
Dante buscó el dinero, salió al pasillo y llamó al ascensor.

3 comentarios :

  1. y qué pasó ? esto se pone cada vez mejor !

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  2. Creo que esa dirección se me hace bastante conocida, quizás hice envíos por esa zona...

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  3. A las medialunas del abuelo llaman a cualquier hora... Incluso antes de que abra el local...

    Saludos

    J.

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