8 de diciembre de 2010

Rogelio

Acaba, pero acaba de irse un pajarito que vino a visitarme.
Estuvo dando vueltas por el minúsculo departamento un par de minutos, (por lo tanto, yo también).
-¡Rogelio! - le gritaba - ¡Pero vení!
Entonces se había posado en un mueble pero ya volaba a un cuarto y posarse en un cuadro.
La pregunta es: ¿Realmente se habrá llamado Rogelio?
Tiendo a tener esta manía de nombrarlos, sean perros, gatos, pájaros o ínfimas hormigas, el único requisito que deben tener es: ser completos desconocidos para mi.
Así hubo Olivias, Rodrigos, Danieles, Robertos, Daríos, Amelias, Adrianas y muchos más (pero las iniciales básicas son esas).
Lo corretié 15 minutos, ofreciéndole pan, o simplemente acosándolo en pésimos intentos de encaminarlo hacia una ventana.
De ese modo, en cuanto me adentré en la cocina para buscar un repasador (porque ya no iba a seguir corretiándolo) para finalmente agarrarlo, fue que desapareció.
¿Será que se cansó de que lo llamara Rogelio?

No hay comentarios :

Publicar un comentario