15 de septiembre de 2012

Domingo

Oak Cliff Bra -Edie Brickell

Se refregaba la panza, midiéndola, sopesándola, mientras pensaba que aunque le disgustaba no haría nada para cambiarlo.
Subió los pies al marco de la ventana y se balanceaba en la silla.
Miraba hacia el horizonte, hacia la calle, hacia las ventanas de otro edificio.
Había puesto música, más como un murmullo que otra cosa.
El adormecimiento y la tristeza se iban fundiendo en una misma cosa.
El vecino de enfrente hablaba por celular, se miraron por la ventana unos minutos, hasta que ambos desviaron la mirada. Cortó el teléfono y se alejó.
Una mujer pasaba con su perro.
Una cuantas bicicletas, un par de autos.
Hacía mucho calor y quizás llovería.
Los pies se golpean contra la ventana, la silla se corre, el cuerpo cae. Era todo lo que hacía falta para que despierte del sopor de domingo.


1 comentario :

  1. Pareciera que todo lo aburrido se acumula en los domingos, como si no hubiera nada para hacer.

    A veces me gustaría poder pensar mucho menos...

    Saludos

    J.

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