28 de junio de 2011

Mi cama

Son esas determinaciones que se toman sorbiendo un café, observando por la ventana el Sol invernal...
Decidí dar vuelta mi colchón.
Lo sopesé contemplativa, a centímetros de mi estufa, en un gesto inútil por combatir el frío.
Mi cama.
Entonces pensé en cuanto tiempo no lo rotaba.
Mis sábanas viendo venir la hecatombe, se pegaban a los bordes del colchón, podía sentir cómo lloraban quedamente cuando finalmente podía arrancarlas, pobres... ellas embaladas en su infantilidad egoísta.
Sentí que el colchón pesaba más de lo usual, y el calor remanente de este lado, ese calor impregnado, calor del enamorado, de las pasiones, de las noches frías.
Al fin el colchón cayó sobre la estructura de madera, rendido, produciendo un ruido seco, casi como un lamento.
Me senté.
El colchón fresco.
Amores renovados, puros como han de venir.

5 comentarios :

  1. La verdad es que sos increíble escribiendo. Cuando a un tema cotidiano lo tomás, lo moldeás y resulta esta maravilla, sos realmente una escritora. Me encantaría publicar cosas tuyas en el blog que tengo con mis alumnos, para que vean lo que es la buena literatura de una chica joven. ¿Me darías tu permiso?

    ResponderEliminar
  2. muy bueno, lo sencillo que es un vuelta de colchón, pero todos los sentimientos que abarca esa vuelta.

    ResponderEliminar
  3. Hey! Gracias por tu visita. Es lindo cuando alguien llega a la tapera.
    Cuan equivalente, cuan... Conciso, efectivo.
    (medio) Abrazo de.. Manco Cretino

    ResponderEliminar
  4. Lo dicho: cambio de temporada.

    Saludos

    J.

    ResponderEliminar